Respirando la vida se vuelve más interesante. Liberar el cuerpo y hacer la vida más ligera

Respiramos, así que estamos completamente vivos, esto lo sabemos todos, otra cosa es que seamos conscientes de ello o no, pero curiosamente respirar es lo más vital y lo repetimos montones de veces al día y cada día a lo largo de nuestra vida, es un acto automático que realizamos sin ningún esfuerzo y que viene sucediendo desde el momento en que nacimos.

También sentimos, pensamos y nos movemos, así que la respiración es el indicador de nuestro estado físico, mental y emocional y es por ello que a través de la respiración podemos explorar nuestro mundo interno.

La respiración, es para nuestra existencia una acción autorreguladora, que establece el sistema de trasporte fundamental del oxígeno hacia cada célula de nuestro cuerpo.

Respirando la vida se vuelve más interesante en la medida en que se ensanchan los márgenes de libertad.

De la misma forma que la respiración influye sobre nuestro estado anímico, también ocurre a la inversa. Así pues, si estamos contentos, tristes, enfadados, deprimidos o ansiosos, la respiración se verá agilizada o serena, será más profunda o más superficial.

Cuando sentimos miedo, ansiedad, sentimiento de soledad, angustia, etc. Encogeremos nuestro su pecho de forma involuntaria y del mismo modo, al experimentar un sobresalto repentino, contendremos nuestra respiración. Cuando la respiración no fluye por nuestro cuerpo, es cuando nos sentimos sin vitalidad y en ocasiones hasta deprimidos. A veces también intentamos controlar algún sentimiento, evitando que salga, ya sea por la situación o lugar en la que nos encontramos y no deseamos ser vistos emocionalmente, o ya sea por vergüenza o por evitación, así lo único que conseguimos es retener la respiración profunda y nuestro cuerpo se verá afectado de alguna manera.

A través de la respiración evidenciamos si bloqueamos o estrechamos el paso al aliento o si, por el contrario, disponemos de suficiente espacio respiratorio. Cuando dejamos que el aire fluya por nuestro cuerpo y permanecemos en un continuo intercambio con el exterior, es cuando experimentamos el “aquí y ahora”, algo que podemos hacer conscientemente con ejercicios de respiración. Cuando hacemos consciente nuestra respiración ya sea mediante ejercicios o dándonos permiso, a menudo salen sentimientos y emociones reprimidas acompañadas de respiraciones profundas, simplemente por dejar abrirse la garganta y conductos respiratorios. Así de simple, así de natural.

La fuerza vital y la armonía interna se logran a través de una respiración completa, pues los procesos anímicos se ajustan mediante el apremio y la profundización de la respiración.

Respiración consciente y circular

Una técnica muy simple para practicar se trata hacer consciente nuestra conectar respiración para que sea circular y continua, es decir, inspirando y exhalando siempre o por nariz o por boca, como nos resulte más fácil y volviendo a inhalar antes de terminar de soltar el aire de la inhalación anterior. Sin apnea, la clave es prestar atención a lo que se siente, a las ideas y recuerdos que vienen a la mente y dejar pasar sin aferrarse a cada emoción que aparezca o se presente. Simplemente estando con lo que acontece en ese momento.

Esto supone animarse a atravesar los propios miedos, inseguridades y fantasmas que han constituido un límite para la propia vida.

La fuerza del aire, que es la fuerza de la vida, nos limpia de las toxinas en el cuerpo y luego, elimina las toxinas en el plano emocional. Con frecuencia, podemos experimentar algún dolor emocional o un ratito de dificultad para mover alguna parte del cuerpo donde esté bloqueada la energía, o una sensación de adormecimiento en las extremidades del cuerpo, también puede haber llanto, o quejas, enfado o alguna risa, pero hazlo sin miedo ya que todo el dolor contenido en esas experiencias pasa. Y queda el bienestar de haberse liberado.

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