La Terapia gestalt, el trabajo con uno mismo

Con la práctica de la Terapia gestalt iniciamos un viaje de auto-conocimiento, de trabajo con uno mismo y sobre las propias experiencias de vida. Es un espacio de reflexión que proporciona herramientas para reconocer las motivaciones inconscientes en cada momento de nuestra vida.

En nuestros días, las tensiones físicas, psíquicas y emocionales van bloqueando el libre flujo de nuestra energía vital, desconectándonos del momento presente y atrayendo situaciones problemáticas, fatiga, bloqueos y en algunos casos sentimiento de vacío y depresión. Circunstancias normales de nuestras vidas como son; la familia, el trabajo, la pareja, los hijos, las relaciones, etc. Suponen muchas veces un gran esfuerzo. Cuando entramos en estos procesos, la vida se vuelve un lugar gris y cansado. En estas circunstancias se agradece un apoyo para no perder los ánimos, para seguir confiando en la vida…

Es muy diferente tener cansancio y sentirse preocupado o deprimido, que estar cansado y tener alegría y esperanza. Esto lo sabemos y todos tenemos ganas de conocernos, crecer y desarrollarnos como seres humanos, sin embargo, generalmente no sabemos por dónde empezar y qué medidas concretas tomar para lograrlo.

El primer paso para iniciar ese camino es tomar de conciencia de quienes somos realmente, esto nos permitirá una mejor calidad de vida, relaciones interpersonales más sanas y tolerantes, y un mayor compromiso con la vida reconociendo nuestro lugar, función y misión en ella.

Porque sólo conociéndonos y teniendo en cuenta nuestro potencial y debilidades, podemos emprender un camino más conciente en la construcción de nuestra propia felicidad.

Explicar en palabras lo que supone la experiencia de la terapia, y más aún en el caso de la Terapia gestalt, es difícil, ya que es una «terapia experiencial», en la que experimentar y darse cuenta es más importante que entender. Por eso el terapeuta no interpreta sino que genera un espacio para trabajar. Para ello utiliza diferentes técnicas además de la comunicación con la palabra, que conecten a la persona con su experiencia sensorial. Esto nos conduce al darnos cuenta o a tomar conciencia de cómo vivo aquello que me sucede y de qué manera le afecta al organismo (cuerpo, emociones y pensamientos) y como no, a nuestras relaciones.

La Terapia gestalt nos recuerda que no somos mente, emociones y cuerpo, sino que somos una totalidad en donde estos tres elementos no los podemos separar pues forman parte de un todo y conforman nuestra experiencia.

El fin de la Terapia Gestalt es facilitar el florecimiento de ser humano: La espontaneidad en lugar del control; la vivencia, a la evitación de lo molesto; el sentir, a la racionalización; abriendo así la percepción de las sensaciones corporales y de los sentimientos y favoreciendo a una actitud de «aceptación» de lo que es y de lo que soy. Nos ayuda a comprender los mecanismos que nos llevan a conductas repetitivas e insatisfactorias. Nos permite experimentar cómo interrumpimos nuestras necesidades. También la Terapia gestalt nos permite que asuntos del pasado no conclusos se actualicen en el presente y puedan cerrarse.

Nos ayuda a encontrar nuevas soluciones, a ser responsables, conscientes y presentes. Es decir, a rescatar nuestro poder como Ser.

«No podemos cambiar lo que no conocemos, antes de cambiar algo primero debemos de conocerlo»

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