Las emociones universales

Tal vez no somos muy conscientes de ellas, y aún menos de todo aquello que nuestras emociones nos iluminan y también nos ensombrecen. No nos enseñaron a manejarnos con ellas, hasta el punto de olvidarnos e incluso excluirlas de nuestra vida, para “hacer ver” de que no se vean. Pero…

Hablemos hoy de las 4 emociones básicas e universales en la especie humana…si porque tampoco son tantas, solo son cuatro!! La Alegría, Miedo, Tristeza, y Rabia. Ellas han sido constantes en el desarrollo de nuestra especie, los humanos. Y son por igual en todas las culturas; aspectos primarios que conectan con algo básico.

Y si, estas hermosas hermanas de vida, son las que nos desarrollan en nuestra salud psíquica y en nuestro bienestar personal, dependiendo de ellas para relacionarnos en el mundo.

Al nacer no tenemos desarrollados el pensamiento, ni el lenguaje, ni siquiera podemos planificar lo que hacemos, sin embargo, nuestras emociones nos permiten comunicarnos e identificar aquello que es bueno y malo para nosotros y para mostrar lo que necesitamos. Utilizamos el llanto, la risa, el grito, y a través de ellos nos relacionamos y comunicamos. Así que nuestras emociones configuran nuestro camino físico, psíquico y social

Así pues, las emociones nos aportan información sobre nuestra relación con el entorno todo el tiempo. Experimentamos alegría cuando las cosas nos salen bien, y tristeza o desasosiego, cuando sucede lo contrario. Entonces qué es lo que nos ocurre cuando estamos desbordados? (emocionalmente hablando)…  pues que tenemos una emoción que está siendo negada. Por desgracia en cada cultura y como no, en cada familia, ha habido alguna insensibilización o no conocimiento de alguna o varias emociones. Por ejemplo; “los niños no lloran”, “uno no puede estar triste, ha de ser fuerte”  o… “cuando te pones así pareces un loco”, e incluso… “no tienes porque tener miedo a nada”, etc. Algunas de estas, nos suenan como propias ¿verdad?

Es entonces cuando la neurosis se va a crear a partir de la disociación con ellas  a traves de la insensibilización. Y mencionando lo anterior, pues hay algunas emociones que son acaloradas y desvaloradas, es decir introyectadas., muchas de ellas, propiedad de lo masculino y lo femenino y de lo familiar.

 “Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo, sus órganos, sus huesos, sus funciones, sus sitios, pero nunca supimos de qué estaba hecha el alma” Mario Benedetti.

Cada vez que experimentamos una emoción, es como un sistema de alarma que se activa cuando detectamos que algo ocurre o sentimos algún cambio de la situación que nos rodea. Son recursos adaptativos que los seres humanos presentamos, y que nos aportan un gran la información de lo que nos ocurre.

Así que un cambio, una actitud diferente ante ellas, es decir, re-educarnos de nuevo, emocionalmente, nos permitirá adquirir nuevas herramientas para manejarnos y gestionarnos en nuestros estados de ánimo. En este sentido, podemos saber resolver de manera asertiva los conflictos, encajar una frustración y manejar nuestras motivaciones.

Recordemos que cada experiencia que vivimos tiene un tono emocional, agradable o desagradable. Cuando esto ocurra, no te juzgues, y no lo hagas proyectándolo hacia afuera, es decir, juzgando a los demás. Pregúntante en que emoción estas fijad@ y observa en qué lugar de tu cuerpo lo sientes. Cuando la identifiques adopta una nueva actitud diferente ante ellas. Obsérvalas, transítalas, y si lo necesitas exprésalas también. Esto te ayudará a tener una autoestima más realista, también conocerás mejor tu capacidad de auto-cooperación y colaborarás en solucionar tus conflictos internos.

No olvides que el estado emocional es absoluto: si estoy enfadado, y mi estado emocional es el enfado, entonces estoy ENFADADO!. Así de simple, así de complicado….

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Llámame
Escríbeme