Cara a cara con aquellas partes de ti mismo, polaridades.

Las polaridades son manifestaciones extremas de caracterización. En la medida en que uno se identifica con un polo, transfiere el otro polo como contrario a sí mismo.

Todo el tiempo estamos en contacto con las polaridades y al mismo tiempo van integrándose en un todo para mantenernos en perfecta salud mental. Cuando estas son extremas y no conseguimos ordenarlas se perturba la psique y nos abordan síntomas que nos alteran el organismo. Las polaridades se originan en nuestra historia como en nuestra percepción de la realidad, tanto externa como interna. Podemos destacarnos por nuestra bondad, así como también, su polaridad, la crueldad. O bien, la dureza y su polaridad contraria, la delicadeza. Podemos poseer múltiples polaridades en una misma característica, por ejemplo, la bondad podría ser también enajenamiento, es decir, la crueldad no tiene por que ser la única polaridad.

Los opuestos se necesitan mutuamente y están relacionados estrechamente (luz/ oscuridad) (arriba/abajo)(izquierda/derecha) etc. La presencia de una, necesita la existencia del otro, se encuentran y se oponen, se distinguen y se enfrentan. Y así todas las posibilidades están sujetas en los mismos opuestos, pretendiendo su interacción.

Algunos ejemplos: Femenino- masculino, día y noche, opresor y oprimido, enfado y alegría, contacto y retirada, culpa y responsabilidad y un largo etc…

La labor a realizar consiste en facilitar la unión de las partes opuestas de la personalidad. Incluyendo el diálogo como medio de integración para el contacto entre ambas partes. Pretendiendo acercar a ambos polos como propios, y el medio de conseguirlo es la identificación con lo alienado. El resultado es la ordenación en un punto cero.

En gestat el trabajo de polaridades nos proporciona la capacidad creativa para ver ambas partes de un hecho y completar una mitad incompleta, logrando una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo. Si la persona no se permite ser malvado, tampoco será genuinamente bondadoso.

Poder enseñarme a irrumpir aquella parte de mí que no apruebo, poniéndola al descubierto y entrar en contacto con la parte que no asumo. Este es el primer paso, ponerme en contacto con la forma en que mantengo en secreto algo de mí mismo. Y cuando ya he podido ser más amable con mi secreto, puedo llegar también a relacionarme con otra persona que procura penetrar en ese territorio interior o amenaza parte de mí mismo.

Nuestro poder se reorganiza al lograr integración de los opuestos. Con una integración entre las dos posiciones experimentamos nuestro ser, nuestro centro.

La reconciliación de las diferencias, la integración de las partes con un todo unificado, son asuntos de totalidad, integridad, completitud, unidad, orden y estructura. Y como decía Jung, “cuanto mayor sea el contraste, mayor es el potencial”.

“Si los extremos luchan dentro de tu corazón, no elijas. Permite que ambos estén allí. No crees una lucha en tu interior, permite que ambos estén allí. Ambos serán necesarios, con los dos tendrás dos alas y entonces podrás volar”. OSHO

El trabajo con las polaridades

En Terapia Gestalt el trabajo con polaridades permite el contacto con diferentes partes de uno mismo, para ampliar la visión y el concepto que se tiene de sí e integrar las diferencias en conflicto.

Perls dice que sentirse bien significa para la persona identificación, es decir, ser uno consigo mismo. Sentirse mal significa alienación, alejarse de sí mismo. Cuando definimos lo que somos o no, estamos discriminando, y esta discriminación se llama en Gestalt límites del yo.

Algunos abordajes prácticos en terapia (Paco Peñarrubia)

Convertir un mecanismo en su opuesto.

La sustitución del «pero» (o el «o») por el «y«. La conjunción adversativa señala una dualidad, mientras que la ilativa favorece la aceptación de opuestos.

La sustitución de la pregunta «por qué» por la observación del «cómo». El pensamiento diferencial a través del «cómo» ayuda a percibir las diferencias, los opuestos.

La congruencia, o coherencia en la expresión. Es decir, la adecuación de la forma y el contenido. Cualquier desequilibrio en este sentido puede señalar una polaridad rechazada.

La expresión de los sentimientos negativos. Clarifica zonas de ambigüedad (o te quiero o te odio) que tienden a rigidizarse en dicotomías y permite el fluir creativo de las polaridades.

El desdoblamiento (silla). Técnica que consiste en poner en la silla de enfrente cualquier parte no reconocida por el individuo, facilitando el desdoblamiento y los diálogos entre opuestos.

La teatralización de una polaridad. Se trata de jugar un rol con el máximo de implicación para así descubrir y reconocer las propias partes proyectadas o inexploradas. Es especialmente eficaz para atravesar barreras emocionales como la vergüenza, la ansiedad, el disgusto…

El juego de la reversión o inversión. La persona explora aspectos que teme vivir o que rechaza jugando roles que generalmente tiene rechazados por introyectos.

La exageración, amplificación, repetición. Como forma de ampliar el darse cuenta o permitir un sentido diferente del original, induciendo un opuesto sobre el que trabajar.

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