Ser vulnerables y mostrarnos tal cual somos.

Vulnerable: Se aplica a la persona, al carácter o al organismo que es débil o que puede ser dañado o afectado fácilmente…

Según esta  definición a ver quién está dispuesto a atreverse a ser vulnerable?…

Todos hemos experimentado situaciones que nos dañaron, que nos hicieron sentirnos vulnerables, algunas aún hoy nos hacen tambalear y nos sacan de nuestro centro. Desde luego, no somos perfectos y todos tenemos nuestros momentos de inseguridad. Mostrar nuestra vulnerabilidad, en estos casos, es la mejor manera de compartir el peso que nos agobia y de obtener el apoyo que tanto necesitamos para sobrellevar la situación y salir adelante.

Y si hay algo que no sé? Qué pensarán de mí? Pensarán que soy un ignorante? Preguntas de este tipo son conocidas para todos. Sin embargo, en ocasiones alguien se atreve a preguntar algo que creía que todo el mundo daba por obvio y de repente alguien responde “pues yo tenía la misma pregunta! O sea, que lejos de quedar mal delante de otras personas, resulta que ha sido un acto de valentía preguntar. Así pues, lo que yo creía ignorancia se convierte en aprendizaje.

Manifestarnos tal cual somos es el mejor modo de estar vinculado a las personas con quien queremos estar y compartir. No nos sirve de mucho esconder nuestra auténtica esencia e intentar vender una imagen distinta de quienes somos, nosotros mismos. Esto lo que nos trae, es un resultado distinto a lo que en el fondo queremos. Ser tal cual somos, implica mostrarnos y confiar.

El hecho de mostrarnos invulnerables lo hacemos para protegernos, para defendernos de la posibilidad de sentirnos atacados en momentos de “debilidad” o momentos de “inseguridad”. Esta es una postura muy lógica, ya que todos conocemos y recordamos la definición del principio de este artículo: la posibilidad de “ser herido físico o moralmente”. Pero resulta que lo lógico, casi siempre es lo que menos funciona!

Todos sabemos además que alguien que no se muestra vulnerable ante ningún acontecimiento nos resulta poco humano. Esto ocurre debido a que esta coraza creada para protegerse nos impide ver quién es el que está detrás, conocerle, entenderle, comprenderle, etc.

Así pues, hacernos los “invencibles”, simular que todo lo podemos o fingir que lo que nos afecta o sucede no tiene mayor importancia, nos traerá más malestar y un peso añadido e innecesario, como consecuencia, sucederá que quienes nos rodean se alejen y no tengan las actitudes que desearíamos en el fondo, ya que ignorarán lo que nos ocurre en realidad. De este modo, esconder nuestra vulnerabilidad impide que las demás personas se acerquen de la manera que queremos o deseamos.

En cambio, cuando la otra persona nos muestra su vulnerabilidad, podemos llegar a identificarnos con ella. Bajar la defensa, mostrar el sufrimiento, las dificultades, nos hace admirarlos, nos acerca. El hecho de mostrar nuestro lado humano, tiene ventajas. Lo mismo ocurre en nosotros.

Aceptar que tenemos nuestras limitaciones, nuestros errores y que podemos vivirlo con claridad, con realidad, sin necesidad de  crear corazas,  es admitir que somos humanos.

En conclusión, ser vulnerable no es lo mismo que ser débil.  Es más, admitir nuestra vulnerabilidad es un acto de valentía que probablemente, nos aporte más de lo que imaginamos y madurez para buscar ayuda también cuando la necesitamos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Llámame
Escríbeme